La Muerte
Este Arcano es el primero que nos encontramos que no tiene nombre. Creo que quizás es porque La Muerte, no existe. La materia no se destruye, se transforma. Se puede sufrir una muerte física y a consecuencia, ya como alma, ascender a otro lugar que se nos tenga preparado. Aún así, cuando aparece esta carta no viene por norma a avisarnos de ello, solo en ocasiones contadas y dependiendo de las cartas adyacentes señalará tal circunstancia.
Lo más importante a destacar sobre esta lámina, es la transformación del ser, del individuo que trasciende del contacto primordial con la materia al encuentro con la espiritualidad. Lo que realmente muere es el ego o el yo, seguido de un renacimiento. Si trasladamos esta interpretación a la vida cotidiana, leemos que lo que existe sobre todo es un cambio de estilo de vida, algo ha de ser saneado, final de una situación insostenible. Limpieza.
Este jinete tiene el poder de visitar otros planos de conciencia, y también la persona se puede imaginar como él para la inducción a estados de ensoñación o concentración profunda para contactar con antepasados. Yo no lo he utilizado para eso, pero me consta que así se hace. Más bien, lo empleo para recapacitar y ser consciente de que, lo que no sirve hay que dejarlo y lo que nos retrasa en este camino ya no nos sirve. La certeza de la existencia de un futuro prometedor brindará nuevas y excitantes experiencias.
Para saber discernir qué es lo que debemos dejar o qué es lo que debemos cambiar para avanzar, es necesario una reflexión, y ahí es cuando resulta de gran ayuda hacer la visualización con El Arcano Mayor de La Muerte.
Si se observan estas dos imágenes, se ve que la escena se presenta desolada, todo lo que existía se ha roto, en la noche todo se hace oscuro, la única luz que asoma es derivada del fuego que ha ayudado a que todo desaparezca. El fuego purifica. La guadaña es la herramienta con la que va retirando los obstáculos y es un esqueleto porque se ha despojado de todo lo que tenga un atisbo de terrenal. La capa que le cubre será lo que le proteja, su propia actitud, para ir creándose una nueva y diferente vestimenta.
Una vez seleccionada tu imagen de esta ocasión, céntrate en ella y descifra todos sus detalles. Elige si deseas hacer el ejercicio sentado/a en una silla apoyando la carta sobre tu mesa de trabajo o si prefieres hacerlo en el suelo en la postura acostumbrada. Siempre espalda y cuello en línea recta, con una preparación previa de desconexión de los factores externos que puedan distraerte. Recurre a la respiración abdominal, ella te relajará. Preferiblemente hacerlo en la tarde noche.
Encuéntrate con este personaje huesudo, tiene una altura desproporcionada, está montado en un caballo enorme, negro y brillante. Dile que baje, no le tengas miedo, quieres verle, la muerte no te asusta. Escucha el impacto de sus pies con la arena, todo está seco. Mira su cráneo, sus piernas y su arma afilada. Ya le tienes frente a ti, se agacha para verte de cerca y de repente te das cuenta de que le estás mirando las cuencas oscuras de sus ojos, escuchas tu respiración y la del animal, pues el esqueleto, no vibra, no palpita, parece vacío. Sigue observando sus agujeros negros y entra en ellos.
El frío se te había metido en el cuerpo, pero a través de la relajación comienzas a ver un punto de luz entre toda esa oscuridad, este personaje está transformándose en un ser angelical, que te va a ayudar a seguir en tu camino, te va a aconsejar y te va a dar una nueva oportunidad, ahora volverás a empezar. Date cuenta de que La Muerte es simplemente un estado; transforma el miedo a ella en la aceptación como parte del ciclo de la vida. Quédate con esta sensación, poco a poco sal de la visualización, e intenta descansar esta noche con alivio y felicidad, pues aún queda mucho por aprender.
Iustraciones: Tarot El Bosco, A. Alexandrov Atanassov, 1990. Lo Scarabeo
Tarot de Los Secretos, Marco Nizzoli, 1997. Lo Scarabeo
- El Tres de Oros
- La Justicia